martes, 26 de noviembre de 2013

Capítulo 4: Rivendel


Correr, correr y correr. Cabalgar cada vez más rápido hasta llegar a ser confundida con la brisa del viento. Ser protegida hasta el punto de que los demás den su vida por mí.
Me llamo Alexia, tengo 15 años acabados de cumplir y soy la princesa elfa del Bosque Blanco. Mi pelo es de color rubio dorado y tengo los ojos de color azul.
Nací en… no sé; mis padres dicen que soy biológicamente hija suya, pero siento que no pertenezco a este mundo. ¿Por qué pienso esto? Hace poco tiempo me pasó "algo": creé una esfera de luz cuando estaba en el bosque con mis manos, lo más normal para los magos, lo más anormal para la raza élfica.
¿Nunca has querido cambiar tu destino?
Yo sí.
¿Sabiendo que puede ser una tontería?
También.
¿Pero lo has intentado, a pesar de poder ser algo inútil que no sirva para nada, al menos para intentar escapar de esa cárcel inmortal que es tu destino?
Por tercera vez, sí.
Hace pocos días, mis padres me dijeron que cuando cumpla la mayoría de edad, a los 16 para los elfos, van a casarme con el príncipe del Bosque Verde, un tal Velkan, para fortalecer lazos y más mierdas decoradas con tono rosa chicle para que no parezca tanta mierda.
¿Qué cuál fue mi reacción?
Veamos, una persona normal haría esto: llorar y llorar y desahogarse para, finalmente, afrontar su (fatal) destino.
Mientras que una persona anormal, en cambio, haría lo siguiente: una Tontería; sí, con T mayúscula.
Ajá, lo habéis adivinado: soy del grupo de la persona anormal. ¿Cuál va a ser mi Tontería? Fácil.
Voy a escaparme de casa.
*Dos días después*
Eran ya por lo menos las tres de la madrugada y no habría nadie lo bastante despierto como para verme, así que me levanté de la cama. Como anteriormente ya me había cambiado para salir antes, lo único que me faltaba hacer era coger la bolsa donde tenía lo que me iba a llevar, mayoritariamente eran armas y ropa. Cogí la bolsa, me la colgué de un hombro y salí de mi habitación cerrando la puerta sin hacer ruido.
Bajé por detrás del castillo, donde se encontraban las cuadras y me dirigí hacia una en especial, la cual tenía en su interior un caballo blanco con la crin del color del sol y los ojos violeta. Saqué a Draco de las cuadras y cuando ya estuvimos fuera de los terrenos del castillo monté en mi caballo, poniéndome la capucha de la chaqueta por encima de la cabeza, tap´´andome la cara.
Iba cabalgando cuando hubo una cosa que me desconcertó e hizo que bajara del caballo y mirara hacia el castillo. Me aparté el cabello que estaba delante de la cara y lo pasé por detrás de la oreja, ya que no podía creer lo que estaba viendo: el castillo estaba empezando a arder en llamas, y había mucha gente encapuchada de negro a lomos de caballos también negros con las patas y la nariz ensangrentados.
 - Alexandra…- oí como uno de los encapuchados susurraba mi nombre.
Me tapé la boca con la mano para intentar no hacer ruido, pero para mi desgracia pisé una rama que había en el suelo y crujió cuando sintió el peso de mi pie encima, y uno de los encapuchados se giró hacia mí y se acercó. Yo… em, subí corriendo a mi caballo, no iba a quedarme sola enfrente de eso como si estuviera loca. Seguí en mi caballo hasta que a lo lejos pude divisar el puerto, así que di prisa e intenté adentrarme en el puerto.
Llegué al puerto con el sonido de cascos de caballos acompañándome; ya podía ver la en el agua que me llevaría al otro lado del lago (por lo que sabía, los caballos no podían nadar a través del lago).
Lo último que recuerdo fue que me caía del caballo y me hundía en el fondo del lago.
*****                                                                    *****
Me hundía en el agua, seguro que me iba a morir. Miré hacia arriba y vi un rastro de sangre que subía desde donde mi cuerpo se estaba hundiendo hasta la superficie del agua, y más allá de esta, podía ver cómo el encapuchado que me perseguía se acercaba al lago para luego dar media vuelta y alejarse con su caballo. Luego todo estuvo en silencio y oí el sonido del agua y pensé que me iba a encontrar con uno de los encapuchados, pero en cambio me encontré con alguien que no estaba ni encapuchado ni de negro me cogía de la cintura  y me sacaba a rastras del lago; en medio de toda la acción pude verle al menos la cara: tenía el pelo castaño y pegado a la cara por el hecho de estar completamente mojado, y los ojos de color también castaño. Sin embargo, no pude evitar fijarme en la parte de abajo, tenía… tenía un…

Me desperté en una habitación blanca, con la luz del sol cálida entrando por una ventana que no tenía persianas y me daba en toda la cara, así que cerré los ojos y me tumbé de lado, notando una punzada de dolor recorriéndome todo el cuerpo. Oí el sonido de una puerta abriéndose, y abrí los ojos de nuevo para encontrarme con una persona que estaba de espaldas a mí cerrando la puerta. En el momento en que se giró pude ver que estaba de cara con un elfo de pelo negro oscuro y ondulado en las puntas y ojos de color azul. Se acercó a mi cama y se quedó de pie.
 - Hola, Alexia. Bienvenida a Rivendel.-  me saludó él primero, y continuó diciendo al ver que yo asentía con la cabeza.- Soy Elrond, el Rey de los Elfos, y tendrás que quedarte aquí por algún tiempo.- dijo tan tranquilamente, como si estuviera hablando del tiempo.
 - Pero no entiendo por qué estoy aquí. Es decir, por qué me atacaron lo que sea que fueran aquellas cosas. -dije un poco desorientada. Elrond se giró hacia mí y se sentó en una silla que había al lado de la cama y apoyó sus manos en las rodillas.
 - Antaño, Sauron mandó hacer 20 anillos hechos en el volcán de la Desesperación. Tres anillos para los Reyes Elfos, seres inmortales bajo el cielo. Siete para los Señores Enanos en casas de piedra. Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir. Uno para el Señor Oscuro, sobre el trono oscuro en la Tierra de Mordor donde se extienden las sombras. Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las Tinieblas en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras.
Los seres que te persiguieron fueron, antaño, los Reyes Humanos mortales que, llevados por la codicia y el poder, obedecieron ciegamente las órdenes del Anillo Único y eso que ves ahora es su alma corrompida por el poder del Anillo.- Cuando Elrond terminó de hablar, pude sentir que yo misma me ponía pálida y no dejaba de mirar y girar el anillo que llevaba en la mano. Él me miró y asintió: - Sí, ese es uno de los tres Anillos de los elfos.- Al ver mi cara no del todo recuperada se levantó de la silla y se alejó hacia la puerta.- Será mejor que descanses, todavía no estás del todo recuperada de la herida.
Se dirigió hacia la puerta y se fue, directamente.

Unas horas después me desperté por culpa de un ruido. Delante mía había un chico. Vaya, sí que debía de estar enferma como para no haberme dedo cuenta de su presencia.
Miré al chico de cerca, y no sabía por qué pero me sonaba de algo, hasta que me vino a la mente la imagen de un chico de pelo y ojos castaños acercándose a mí mientras yo me ahogaba en el agua. Lo que pensaba que era un sueño cambió para hacerme ver que era un recuerdo de algo que había pasado; específicamente de cuando casi me ahogo.
 - Ya veo que te encuentras mejor.- me dijo él sonriendo. Yo asentí con la cabeza porque el simple hecho de hablar ya me producía dolor en todo el cuerpo.- Bueno, teniendo en cuenta que cuando te traje habías perdido bastante cantidad de sangre.
Me incorporé lo mejor que pude y vi que no dejaba de mirar las blancas paredes de la habitación.
- Las paredes están un poco… vacías, ¿no?- preguntó y yo me encogí de hombros.
 - ¿No son todas las habitaciones iguales?- le pregunté yo de vuelta.
- No… bueno, sí, al principio.-yo le miré con una ceja levantada, cosa que le hizo sonreír, y se sentó en la orilla de la cama con los codos apoyados en sus rodillas.- Cuando llegas, la habitación es de color blanco, pero después puedes elegir cómo decorarla con la mente, y si luego no te gusta, pues lo piensas y lo cambias y… pues eso.- dijo terminando y añadió: - Ya te enseñaré mi habitación y verás, y si quieres puedo enseñarte cómo se hace.
 - Vale, mola- dije yo.
 - Ah, por cierto; Elrond me dijo que si tienes hambre- y en ese preciso momento que dijo "hambre" me sonaron las tripas- y mi sentido batmánico me dice que sí, que te lleve a la cocina.
Yo reí por el comentario que hizo, y no se como lo hice pero conseguí levantarme de la cama. Él me preguntó si podía caminar y yo le contesté que a duras penas podía, comentario que lo hizo reír. Lo seguí a través de un pasillo blanco con un montón de ventanas desde donde se podía verse bosques y patios, y te lo jupi (te lo juro por Snoopy) una súper mega cascada molona que te cagas. Al final de ese pasillo del infierno que era largísimo para mis pobres piernecitas acabadas de recuperarse (lo que yo digo, 10 metros como mucho), llegamos a otra puerta blanca (tanta blancura ya me está fastidiando) y sentí un olor que delicioso era poco decir. Entramos en la cocina, toda de color blanca. De repente, como por arte de magia, apareció una serie de platos de comida encima de una mesa.
Yo me senté a comer mientras el chico se sentaba enfrente mío encima de la mesa y apoyaba los brazos en las rodillas (mira que le gusta esa postura).
 - ¿Tú no comes?- le pregunté mientras él apoyaba la cabeza sobre los brazos. Él negó con la cabeza.
 - Ya comí antes.
Después de dos platos llenos de algo que no se sabía lo que era pero que estaba buenísimo y el chico no dejara de mirarme, se levantó de la mesa y se dirigió hacia la puerta, haciéndome una señal con la cabeza para que lo siguiera. Íbamos caminando cuando volvió a hablar con los brazos cruzados detrás de su cabeza.
 - Vaya, me acabo de dar cuanta de que todavía no me he presentado.- dijo pasándose la mano por el pelo.- Soy Liam, Liam Payne.- añadió sonriéndome de vuelta.
 - Encantada. Yo Alexia. Sólo Alexia.- dije señalando la palabra "sólo". Él me miró con cara de "ok, vale, esto es normal" y añadí- y, ¿adónde vamos?
 - A ver a Elrond, me ha dicho que quería decirte una cosa muy importante cuando terminaras de comer.

No sé por qué, pero mi subconsciente me dice que algo iba mal, muy mal.

martes, 19 de noviembre de 2013

Capítulo 3: Idhún


Acababa de sonar el timbre, y al rato una chica de cabello oscuro metió los libros de Biología y el carpesano en la mochila y salió del colegio directa hacia su casa, ya que era viernes y los fines de semana los pasaba en su casa.
Sacó los cascos de dentro de la mochila y los conectó al móvil, empezando "Wonderwall". Llegó a su casa y vio que no había nadie, así que dejó la mochila en el suelo de su habitación, cogió su chaqueta vaquera y se fue a dar una vuelta.
Llegó a la librería y, como si alguien le dijera que entrara, entró y buscó al dueño de la tienda, un hombre joven al que ya conocía por el hecho de haberse pasado más de media vidas allí dentro.
Caminó hasta la mesa donde siempre se sentaba, en la esquina más alejada de toda la habitación y buscó un buen libro para leer. Fue hacia una de las tantas estanterías cuando lo vio. Se giró y pudo ver un resplandor. No le dio mucha importancia al principio pensando que podría haber sido la luz del sol reflejada en el cristal de la ventana, pero justo en ese momento una nube hizo desparecer por segundos el sol y el resplandor seguía allí. Al no esperarse eso, se dirigió hacia el objeto resplandeciente, el cual se encontraba a menos de dos metros de donde estaba ella, cuando se dio cuenta de que el resplandor provenía de un libro. Se acercó a este, y vio que en la portada había un dibujo de dioses griegos, por lo que se imaginó que trataba de mitología griega. El tema le interesaba bastante, por lo que abrió el libro resplandeciente. El libro se abrió de repente, mostrando una luz cegadora que la absorbió por completo dentro del libro. Lo único que pudo ver a continuación fue una oscuridad que la rodeaba.

Se despertó sobre un suelo de pavimentación dura. Se levantó y encontró dentro de un pueblo rural donde había campesinos y señores feudales, como hace siglos.
Estuvo mirando algunos puestos de mercadillo y notaba como si alguien la estuviese mirando, pero cuando se giraba no había nadie, así que pensó que serían paranoias suyas.
Media hora después seguía sin saber dónde estaba, así que decidió que lo mejor sería preguntarle a alguien el nombre del lugar donde estaba, pero se quedó igual o más confusa cuando le respondieron esto:
  - Estamos en una ciudad cerca de Alis Lithban, en el reino de los unicornios.
  - ¿En dónde?- preguntó ella confusa.
  - Cerca de la Torre de Drackwen.
  - ¿?- señalizando que ahora estaba más confusa que antes.
  - En Idhún, ay qué chica- le dijo el hombre alejándose. - Ay, la juventud de ahora… - murmuró el hombre hacia sus adentros.
  - Entonces, ¿estoy en un libro?- se preguntó a sí misma, aún no del todo aclarada.
Después de otra media hora mirando puestos en el marcado y sintiendo que la observaban otra vez. Tenía un mal presentimiento y, minutos después supo el porqué de ese sentimiento cuando sintió que la cogían de los dos brazos.
  - ¿Eh?- dijo ella cuando vio a dos gorilas que la cogían de los brazos y se la llevaban a rastras. - ¿¡Pero qué hacéis!?- les gritó mientras pataleaba y maldecía a las madres que los hicieron venir a este mundo, o libro, o lo que sea.
    * En otro lugar no muy lejos de allí*
  - ¿Cómo narices he llegado yo hasta aquí?- se preguntó un chico de cabello castaño y ojos azules, vestido de manera moderna contrastando con la vestimenta de de ese pueblo. - Se supone que debería estar en otro sitio, no en este. Y ahora parece que estoy loco porque estoy hablando solo… ¡¡y la gente me mira raro!!- terminó gritando asustando a todo quien tenía alrededor. Miró hacia los lados y entonces vio que algo andaba mal: la gente se apartaba de él y todos estaban callados; parecía que se hubiera quedado sin sonido. <<Normal que me miren así si piensan que estoy loco por hablar solo y gritando -.-º>> pensó el chico intentando salir de allí lo más rápido posible pero sin éxito, ya que alguien lo empujó  hacia el suelo fuertemente.
  - ¿¡Tú estás bien de la cabeza!? Ay mi estómago- (yo: bipolaaaar) se lamentó intentando abrazarse el estómago antes que ese hombre que le había empujado y otro que estaba a su lado le cogieran uno de cada brazo arrastrándolo fuera de la plaza. Se había mareado por el golpe en la cabeza, pero todavía recordar lo que estaba mirando antes de que lo empujaran: sólo se la veía de espaldas, pero pudo ver que tenía el pelo largo y oscuro hasta la espalda, y también iba vestida como él, por lo tanto deberían pertenecer al mismo espacio-tiempo. Iba a acercarse a ella cuando se fue hacia otro lado, y él… bueno, ya se sabe la historia.
Intentó deshacerse de los brazos que la cogían, de manera inútil. En cuestión de poco tiempo, consiguió pararse de una pierna, como si fuera un ancla de un barco, y con la otra pierna consiguió darle una patada al otro guardia en sus partes bajas, ahí donde más le duele a un hombre. Finalmente consiguió escapar de esos brazos y salió corriendo sin mirar adónde iba; sólo quería salir de allí.
    * En el otro lugar *
 - ¿¡Pero qué hacéis!? ¡Soltadme!- les gritó mientras pataleaba y maldecía a las madres que les hicieron venir a este mundo, o libro, o lo que sea.
 - Sí, claro, ahora mismo te soltamos y todo lo que tú quieras (nótese la ironía).- le dijo uno de los guardias mientras la chica intentaba escapar retorciéndose en ella misma.
Giró la cabeza hacia un punto indefinido de la calle donde estaba retenida, pero volvió a bajar la cabeza de inmediato porque no le gustaba ser el centro de atención, por esa simple razón; por esa simple razón no vio cómo el chico que acababa de escapar hace unos pocos minutos se dirigía a toda prisa hacia los guardas y hacia ella; pero no, el chico no vio a los guardias que tenía delante porque estaba mirando si venían los guardias de detrás; y no, los guardias (de delante) no se dieron cuenta de que venía el chico porque estaban demasiado ocupados ligando con una chica a una distancia de 10 metros de ellos; y noooooo, la chica TAMPOCO se vio al que corría en dirección a ella  porque estaba muy pero que muy ocupada pensando en unicornios rosas y el mundo de Yupi, así que NOOOOO, ninguno se dio cuenta hasta que el chico estaba encima de la chica (posición comprometedora) y los guardias a cinco metros de los chicos y para acabar, dentro de la fuente (ya se sabe que las relaciones entre tres y a larga distancia (15 metros) nunca acaban bien)
 - Qué golpe…-  dijo el chico tocándose la cabeza; sí, la cabeza se golpeó contra el suelo pero el cuerpo cayó encima de la chica. ¿Cómo es eso posible? No lo sé ni yo.
 - Auuu…- se quejó la chica de ojos azules intentando levantarse del lugar, pero claro, había "algo" encima suya, hasta que ese "algo" rodó hacia un lado y se tumbó en el suelo.
El chico se giró hasta quedar boca arriba, iba a hablar cuando oyó pasos acercándose muy deprisa.
 - Oh, mierda…- dijo en voz baja mientras se levantaba con dificultad y le cogía la mano a la chica para ayudarla a levantarse.
 - ¿Qué haces?- dijo ella poniéndose de pie.
 - Si no quieres que nos vuelvan a coger, corre.- le dijo y echó a correr, seguido de la chica, seguida de los otros guardias, seguidos de… nadie quiere a los guardias. -.-"
Conversación normal mientras dos personas son perseguidas por guardias que quieren matarlos:
 - ¿¡Cómo te llamas!?- le preguntó el chico mientras corrían
 - ¿¿Qué??- le gritó ella.
 - ¡¡QUE CÓMO TE LLAMAS!!- le gritó aún más a la chica.
 - ¡TESS!- le gritó ella de vuelta.- ¿¡Y TÚ!?
 - ¡¡PERCY!!- se giró por un momento para ver cómo iban y vio que estaban en una calle con el asfalto hecho de piedras de esas con las que los padres normales les tiran con un tirachinas a los perros que se mean en el portal de su casa.
A Percy le vino la iluminación y cogió una piedra del suelo mientras iban corriendo, le tiró la piedra a uno de los guardias y le acertó de lleno en la cabeza, haciendo que cayera, mientras que el guardia que tenía detrás
 Resbalaba con una mierda de vaca y terminara cayendo encima sobre la misma mierda de vaca.
Percy paró en seco y Tess, al no esperarlo, se cayó encima de él.
 - Ay… ¿Por qué a mí?- preguntó Percy mientras Tess le metía un codazo en la costilla, sin querer. (yo: claro, claro, sin querer… ¡¡¡MÁTALO, ACABA CON ÉL, DESCUARTÍZALOOO!!!!)
 - Ahora estamos en paz.- le dijo ella consiguiendo  levantándose de su sitio.
 - Vale, me lo merecía- dijo él mientras también se levantaba.
 - Hablando de "estar"… ¿dónde estamos?- preguntó Tess mirando hacia los dos lados.
 - Pues no tengo ni la más remota idea.- dijo encogiéndose de hombros.-Antes he intentado preguntar a una mujer dónde estaba, pero me ha mirado como si tuviera una nariz en la frente, o algo así. Claro que, todos me miraban así porque estaba hablando solo y a gritos.
 - Es comprensible.- Percy la miró con la ceja levantada- Lo de hablar solo, quiero decir. Bueno, yo he preguntado a un hombre y me ha dicho literalmente: "Estamos en una ciudad cerca de Alis Lithban, en el reino de los unicornios" yo le he dicho: "¿En dónde?" y él me ha dicho: "Cerca de la Torre de Drackwen" y yo…
 - Espera. Entonces, ¿estamos cerca de Alis Lithban o de la Torre de Draco-como-se-llame?- preguntó con los brazos cruzados y la  mirada impertinente.
 - Bueno, pues…- titubeó- pues de los dos sitios, mareante. Y déjame terminar, pesado.
 - ¿Qué me has llamado, acosadora?- dijo sonriendo.
 - Mareante… Espera, ¿acosadora? ¿Quién, yo?- dijo Tess mirándolo con las dos cejas levantadas.
 - Tú, acosadora.- dijo señalándola con el dedo acusador.- ¡Me estabas siguiendo mientras yo estaba corriendo para intentar salvar mi vida!- exclamó. (yo: exagerado)
  - ¿Yo, siguiéndote? ¡Tú me tiraste al suelo, pedazo de inepto! ¡La gente tiene razón: estás loco, pero de remate!
 - Vale, pues vete. ¡No necesito la ayuda de una niña mimada! ¡Ve con tu mami, niñata estúpida!
 - Mi madre está muerta… idiota.-dicho esto, a Tess se le llenaron los ojos de lágrimas. Se acercó a Percy y le dio una patada en la pierna y se fue llorando.
 - Mierda… soy idiota, pero de remate.- dijo para después irse detrás de ella.
*En una plaza no muy lejos de allí* (yo: esto empieza a ser repetitivo)
Se sentó en un banco que había cerca de allí, ya que se había cansado de correr y, ya que por ahí parecía que no pasara gente, decidió sentarse para llorar sola. Sabía que el chico no tenía la culpa de que su madre estuviera muerta, él no podía saberlo, pero el solo nombrar a su madre había hecho que se fuera corriendo.
Oyó el sonido de pasos acercándose; no levantó la cabeza porque sabía que era él, y si se acercaba sabía que iba a ponerse a llorar, cuando oyó una voz desconocida.
 - Vaya, vaya. ¿A quién tenemos aquí? ¿Qué haces aquí tan solita, preciosa?- dijo una voz que no conocía; levantó la cabeza y vio cerca de ella un chico un poco más mayor que ella, y el olor a droga y tabaco que desprendía no es que inspirara mucha confianza.
El chico se acercó a ella  y le cogió el brazo con fuerza, levantándola del banco.
 - ¿Quieres divertirte un rato, preciosa?- le preguntó  acercando mucho su cara a la de ella.
 -Déjame en paz- le contestó ella intentando apartarse, cosa que no fue posible ya que el otro era mucho más fuerte que ella.
 - Oh, venga, no seas sosa.-dijo él acercando su cuerpo al de ella.
 - Te ha dicho que la dejes en paz.- dijo Percy apareciendo detrás del macarra.
 - Oh, vaya, pero si ha aparecido hasta tu novio. Esto va a ser divertido.- dijo el macarra sacando una espada de... ¿a saber?
Tess abrió los ojos como platos al ver la espada, mientras que Percy sacaba un boli del bolsillo que, misteriosamente, se convirtió en una espada.
El macarra se acercó rápidamente hacia Percy con la espada en alto. Cuando iba a atacar, este le atestó un golpe que le dejó un corte profundo en el estómago al macarra mientras él, antes de caer al suelo, le hizo un corte un poco profundo en el brazo. Después desapareció.
Percy se dejó caer al suelo mientras veía a Tess correr hacia él. Ella también se dejó caer en el suelo mientras se arrancaba un trozo de la manga de la camisa.
 - ¿Por qué lo has hecho?- le preguntó ella, mientras utilizaba la tela como venda.
 - Porque tenía que hacerlo. Y porque, fue en parte mi culpa. Yo hice que te fueras corriendo. Lo siento.- dijo él sinceramente arrepentido.
 - No fue tu culpa.- le dijo ella mientras apretaba un poco la venda.
 - Sí que lo fue. Yo dije lo de tu madre.- dijo él con la cabeza agachada.
 - Pero tú no podías saberlo- dijo sentándose a su lado.
 - Aún así, no tendría que haberlo dicho tan a la ligera. Quiero que sepas que lo siento.
 - Lo sé.- dijo mientras Percy levantaba su cabeza hacia ella-Lo veo en tus ojos.
 - Gracias.- Tess le dirigió una mirada como diciendo "de nada".- ¿Buscamos cómo salir de aquí?
 -Claro… mareante- dijo Tess con una sonrisa malvada.
 -¿Ya estamos otra vez? ¿Acosadora?- Percy también sonrió mientras ella reía y le tendía la mano para ayudarle a levantarse.
 - Bueno, ¿dónde buscamos?- preguntó otra vez Percy.
 - No lo sé.-respondió Tess.
 - Guay. Somos amigos, ¿no?
 - Eh, sí. ¿Por?- preguntó ella extrañada por la pregunta.
 - Entonces, ¿abrazo de amigos? Venga, sé que lo estás deseando.- dijo él, feliz de la vida.
 - Oye, ¿tú estás bien de la cabeza?- le preguntó ella, no muy segura de querer conocer la pregunta.
 - Para nada.- le aseguró él con una sonrisa digna de un desquiciado.
 - Ya me lo parecía a mí, eso tiene más sentido. Venga, si así consigo que te calles…
Se echó a los brazos de Percy mientras él sonreía cerrando los ojos.
 - No dejaré que nadie te haga daño.- susurró él para sí mismo.
 - Perdona, ¿has dicho algo?- dijo ella echando a andar.
 -No, nada. No importa. Venga, vamos.- dijo apoyando su brazo en sus hombros.



Capítulo 2: Forks


<<Venga, vamos. ¡Sólo 5 minutitos más!>> pensaba y exhausta la chica de pelo oscuro y ojos azules, unos de un color tan hipnotizante que hacían que tuviera muchos pretendientes, a los que ella rechazaba por no ser su tipo ideal. Todos los chicos rechazados y los que planeaban declarársele se preguntaban: Entonces, ¿cuál es su chico ideal? Pues la respuesta era fácil: era un chico que conoció por primera vez, salvándola de una muerte segura cuando ella tenía 11 años, y la volvió a salvar dos años después, a los 13, justo un año antes.
#Flashback hace 1 año#
Se acababa de terminar la clase de Música, su  favorita; pese a tenerla convalidada por tocar el piano y el violín le encantaba ir a ella, ya que de mayor quería ser música. Se despidió de su mejor amiga Alice, la cual se iba ya  hacia su casa con el resto de su familia, mientras que ella iba por el camino opuesto para dirigirse hacia su casa. Le quedaba un buen trecho para llegar, por lo cual fue caminando tranquilamente para disfrutar un poco del tiempo libre que le quedaba.
Ya casi estaba oscureciendo cuando oyó el ruido de pasos siguiéndola, pero no le dio mucha importancia a que no hubiera gente por esa calle cuando debería pasar justo lo contrario, así que lo atribuyó a que ya era de noche.
Estaba casi al final de la calle cuando alguien le cortó el paso. Ante ella estaba una chica de pelo rubio recogido en una coleta y los ojos rojos. La mayor parte de la cara estaba escondida dentro de una capucha negra unida a una túnica negra. La de ojos rojos arrastró a la de ojos azules dentro de un callejón y le dijo:
 - Hola… Aria. ¿Sabes quién soy?- le preguntó la rubia muy creída.
 - No, pero… ¿cómo sabes mi nombre?- le preguntó Aria asustada, echándose hacia atrás, cosa que no le sirvió de mucho ya que pronto sintió la espalda tocar contra la pared.
 - Fácil, eres una vampiro "a medias". Y, como Vulturi, no puedo permitir que un medio vampiro vaya caminando tan libremente por ahí, así que tendré que matarte.- dijo con una sonrisa malvada.
 - No… no puedes hacerme esto- le dijo Aria asustada. Jane se acercaba a ella y no podía defenderse, todavía no sabía cómo controlar sus recientes poderes; bastante le costaba ya saciar su sed de sangre con animales del bosque.
Jane estaba ya casi enfrente de ella. Se metió la mano dentro de la túnica y sacó una daga con la empuñadura de oro con incrustaciones de piedras preciosas. Aria cerró los ojos, esperando el golpe final, hasta que…
¡¡ZAP!!
Algo puntiagudo se lanzó desde arriba contra la mano de Jane y esta la retiró ensangrentada. Jane se enfureció, alguien se había interpuesto entre ella y la chica a la que ya había planeado su "accidente" para acabar con ella.
El chico que se había puesto delante de Aria puso la espada con la que había dañado la mano de Jane delante de él. El chico levantó la mirada, dejando ver unos asombrosos ojos de color azul oscuro en los laterales y azul más claro en la parte interior. Se revolvió el pelo, dejando ver que era de color rubio dorado con las raíces un poco más oscuras.  Iba vestido completamente igual que Louis, salvo por el color de la capucha, esta era de color azul eléctrico.
 - Niall… - susurró Aria al chico que tenía delante. Este se giró hacia ella y le guiñó un ojo, luego volvió a su posición inicial y le plantó cara a Jane.
 - Vaya, vaya, ¿a quién tenemos aquí? Si es Niall Horan… - dijo Jane, aunque en su mirada se veía el temor.
 - Márchate de aquí.- le ordenó Niall, metiendo la mano en su gabardina y sacando la espada con la que antes había cortado a Jane.
 - Vale, ya me marcho.- dijo Jane echándose hacia atrás. Acto seguido, dijo unas palabras en un idioma extraño y desapareció en una nube de humo negro. Justo antes de que despareciera, Aria pudo observar una sonrisa proveniente de Jane.
Niall suspiró aliviado y se giró hacia Aria, sonriendo.
 - ¿Estás bien?- le preguntó Niall, mirándola muy muy de cerca.
 - Eeeehhh… Sí- dijo Aria apartando su mirada de Niall. Este pasó la mano detrás de sus hombros, acercándola a él, y le preguntó:
 - ¿Te acompaño a casa?- le preguntó amablemente poniendo la otra mano delante de ella.
 - Bueno… Me acabas de salvar la vida… otra vez… Así que… si tú quieres…- no se aclaraba ni ella misma con su propia respuesta, así que cerró los ojos y le cogió la mano.
Niall le apretó la mano y empezó a andar al lado de Aria, hasta que vio que delante de ellos apareció otra nube negra.
  << ¿Otra vez Jane?>> pensó Niall poniéndose delante de Aria para protegerla.
Esta vez no solo era Jane, sino que iba acompañada de un chico de su misma edad, ojos color ámbar y el pelo rubio un poco largo, hasta los hombros.
 - Estúpido vampiro, vas a saber lo que te espera por haberle hecho daño a mi hermana.- dijo el Vulturi al otro vampiro. En nada, desapareció y volvió a aparecer justo enfrente de Niall, al que le dio un puñetazo en toda la mejilla. Niall, la no haberlo visto, se fue al suelo con el labio roto.
 - Oh, Dios mío ¡NIALL!- gritó Aria con lágrimas en los ojos y las manos en la boca. Alec se acercó a Niall, sacando una daga para matar al  vampiro que tenía delante.
Niall sufrió un cambio vampírico: los ojos le cambiaron a color ámbar. Se levantó y sacó una espada que acababa de aparecer en su espalda y atacó a Alec golpeándole en el brazo.
Alec le devolvió el golpe haciendo que Niall cayera al suelo. Aria corrió hacia él, se arrodilló delante y le cogió de la mano, derramando lágrimas. Pronto se enfureció y empezó a notar cambios en ella misma: se sentía más fuerte, los ojos pasaron a ser rojos y el pelo le crecía más, hasta las caderas.
Sin saber cómo, levantó una barrera invisible  entre ella y Niall y los hermanos creídos, haciendo que se le quemara el brazo a Alec. Este se maldijo a sí mismo por no haber acabado con ellos cuando tuvo la oportunidad. Se acercó a su hermana y la cogió del brazo, esfumándose en la nube de humo.
Aria se dirigió hacia Niall y le miró. Tenía los ojos cerrados, la mejilla de un tono morado y el labio inferior con un corte sangrando. Tenía una herida en el estómago.
No se movía.
Aria se levantó, pasó un brazo de Niall por detrás de sus hombros y le levantó. Consiguió arrastrarlo hacia su casa. Abrió la puerta y miró que no hubiera nadie y lo subió a su habitación. Entró dentro y tumbó a Niall en su cama. Fue a la planta de abajo y entró en la cocina, donde tenía el botiquín, del que sacó unas pomadas y un par de vendas; después fue al baño, metió unas toallas dentro de un cubo y lo llenó de agua. Después volvió a subir a su habitación a curar a Niall. Vio que todavía no se había despertado, así que se sentó en una silla que había por ahí cerca y se puso a ponerle las vendas.
*Pocas horas después*
Niall se despertó y vio que estaba sin camiseta y con una venda alrededor del estómago. Giró su mirada hacia su derecha y vio que Aria estaba dormida apoyada en la cama. Se levantó y, como le pareció de mala educación, levantó a Aria y la tumbó en la cama.
Llevó su mano a su bolsillo del pantalón, de donde extrajo una cajita pequeña de color negro que dejó en la mesita que estaba al lado de la cama. Por último, se acercó a Aria y le dio un beso en la frente, al que ella, inconscientemente, sonrió.
#Fin Flashback#
 - …ia.
 - …
 - …Aria.
 - …
 - ¡Aria!
Giró su cabeza hacia donde la llamaban y se encontró con Alice mirándola con una ceja levantada.
 - ¿Hm?- la miró como si estuviera embobada.
 - Hace como 10 minutos que ha tocado el timbre y todavía sigues ahí. ¿Se puede saber en qué piensas?- le preguntó Alice con los brazos cruzados.
Aria no contestó, simplemente levantó los hombros y, sin que la viera Alice, sonrió.- Venga, vamos-
Salieron sin darse cuenta que había alguien   fuera de la clase vigilándola. Uno rubio, con ojos azules y sonrisa preciosa que no dejaría que nadie le hiciera daño, y para conseguir su propósito estaba dispuesta a dar su vida (y su muerte) por ella, aunque ella todavía no lo supiera.

Capítulo 1: Hogwarts


En medio de la clase de Pociones se encontraba una chica de pelo color miel y de ojos azules color mar, de unos 14 años aproximadamente, estaba "atendiendo" a las explicaciones de su "tan amable" profesor. Mientras él explicaba a  sus alumnos la diferencia entre un acónito y una luparia, ella estaba escribiendo notitas y luego pasándoselas a su mejor amigo, un chico de pelo negro, caído sobre la frente tapando una cicatriz en forma de rayo y con los ojos azules un poco más oscuros que los de la chica que se sentaba a su lado. El chico, de nombre Harry, Harry Potter, el cual estaba ya casi durmiendo, así que dejó de enviarle notitas a su amigo y decidió guardar las restantes repartidas por tooooooooda la mesa. <<Como Snape nos pille, no aprobamos ni en Septiembre... ¡del año 2025!>>- pensaba la joven chica que, a pesar de llevar ya 3 años en esa escuela, todavía actuaba de igual manera cada vez que veía a Snape. La chica se concentró, o más bien lo intentó, en la maldita clase, pero lo único que consiguió fue aburrirse todavía más (si eso era posible) y se quedó mirando a su pequeño lápiz, al que llamaba "Mini-Lou". Se quedó pensando en la historia de cómo conoció al chico del que se enamoró perdidamente cuando tenía 12 años.
#Flashback#
Era ya de noche, y una chica de unos 12 años caminaba tranquilamente por un atajo a su casa por el que no pasaba gente, y se preguntó: <<¿Cómo es que en todas las películas de miedo siempre aparece una chica joven? Bah, qué poca imaginación que tiene la autora esta para los escenarios; si llegan a hacer una película de esto (lo dudo mucho) seguro que se ahorran en esto...>>. De repente notó como algo o alguien la seguía; no sabía qué era, pero notaba la presencia de ese "algo". Empezó a correr, parecía que ese callejón no se acababa nunca, hasta que... llegó al final.
 - ¡Maldita sea!- dijo en voz baja, maldiciendo el no haber llevado la varita. En ese momento apareció un monstruo, negro como una sombra, y se acercó a ella. La chica intentó retroceder, pero no contó con que tenía detrás una pared. Estaba acorralada. Estaba sola.
Cuando el monstruo estaba a punto de atacarla cayó al suelo, atravesado por una espada. Ella abrió los ojos, encontrándose con un charco de sangre.
Ante ella apareció un chico de 14 años, cabello castaño y un poco largo para su edad, y los ojos azul verdoso; iba vestido completamente de negro, con unos guantes negros con detalles azul oscuro tapando sus puños y con una chaqueta de cuero negra con una capucha que resaltaba a la vista al ser de color amarillo fofi. El monstruo terminó por desintegrarse, dejando un rastro de sangre detrás de él; limpió la que se había quedado adherida en la espada contra la pared y luego guardó el arma en la carcasa que tenía en su espalda.
 - Hola, ¿estás bien?- le preguntó el chico con tono preocupado, acercándose a ella. (¡¿Cómo iba a estar bien, si había visto a un chico matar a un bicho, se quedó sino delante de su cara?! ¡Es traumante!). La chica miró embobada lo guapo que era; se quedó sin respiración, su pulso se aceleraba, la cara se le ponía roja. El chico sonrió viendo que se encontraba bien y le puso la mano en el hombro para tranquilizarla.
 - ¿Te encuentras bien?-volvió a repetir esta vez, pero mirándola a los ojos; unos ojos de un azul taaaaaan azul que... se quedó embobado (otro que tal; tal para cual)
 - Sí, estoy bien... Muchas gracias por salvarme- dijo esto y se fue ( o lo intentó) de camino a su casa, pero el chico la cogió de la muñeca y la paró.
 - No irás a marcharte, ¿verdad? Si no llego a pasar por aquí, de esta no te salvas.- (Ay jod**, por el Ángel, pareces su padre)- sus palabras y su tono de voz eran completamente distintos (y las palabras no muy agradables, pero bueno, hay gustos para todo), pero la chica era como una melodía hipnotizante que no quería dejar de escuchar.
 - Está bien- dijo con una voz apenas audible, a lo que el chico le tendió su mano y le dio  una sonrisa agradable.
La chica se sonrojó un poco, pero terminó por coger su mano apretándola un poco; pero aún así ella no le soltaría la mano.
Empezaron a caminar y era él el que iba por delante, así que la chica no se explicaba cómo sabía ir hacia su casa. Minutos más tarde, consiguieron llegar a la casa de la chica.
Estaban a unos pocos pasos de la casa cuando escucharon el ruido de alguien acercándose rápidamente. La chica observó que el chico que tenía al lado estaba bastante callado, cuando, de repente, echó un grito.
 - ¿Qué pasa? ¡Me has asustado!- le dijo mientras le miraba a la cara y él se reía.
 - No, nada; es que me acabo de acordar de que no me he presentado.
 -¿Me estás vacilando? ¿Gritas por eso?- se dio una Facepalm y suspiró exasperada, como diciendo: <<¿Este es el chico que me acaba de salvar?>>
 -No, para nada- dijo él, respondiendo a su pregunta.- Hablo muy en serio.- dijo él (Sí, claro, super serio, ¿no te fastidia?-dije yo). <<Está como una cabra>>-pensó ella.- Je,je- le sonrió él.<<Dios, qué mal está.>>- pensó ella deprimida; no sabía si reír o llorar.
 - Mi nombre es Louis, encantado de... salvarte y  conocerte- dijo él sonriendo y extendiendo su mano.
 - Mi nombre es Brisa, encantada de que...¿me salves?- dijo ella extrañada.
 - Y para que veas que mi amistad es sincera, (¿amistad?¿dónde, cuándo,quién y cómo ha hablado de amistad?) te doy este regalo.- le dio un objeto y se lo puso en la mano.
 - Qué... es... esto. Un... ¿lápiz? Me ha regalado... ¿un làpiz? ¿Qué clase de persona le regala a otra un... un... ¡un lápiz! (1: Louis. 2: Louis Tomlinson. 3: La clase de persona que te acaba de salvar y tienes delante)- ¡Oye, tú...!- se giró dispuesta a encarar al chico que le había regalado un lápiz, pero en cuanto lo hizo, el chico ya no estaba.
 - Se ha... ido. Y sin despedirse. ¿Qué clase de persona se marcha sin despedirse?- fue caminando hacia la puerta de su casa y se quedó pensando en ese chico que no salía de su cabeza.- Aunque...- se sonrojó- era bastante (mucho) guapo- se puso todavía más roja al ver lo que había pensado. Abrió la puerta de su casa.No había nadie; al parecer, sus padres habían vuelto a irse de viaje, y a saber cuándo volverían. Entró y cerró la puerta detrás de ella.
Fuera, un chico que se había escondido detrás de un árbol volvió a salir después de que Jade hubiera cerrado la puerta.
 - Adiós, Brisa - susurró el chico mirando a la puerta de la casa.- Juro que nos volveremos a ver. Lo juro.
En su casa, Brisa estaba en su habitación cuando sintió algo que le decía que debía hacer lo que iba a hacer. (Pura intuición.)
 - Adiós, Louis. dijo mirando a través de la ventana a la calle que tenía delante, oscura y para nada concurrida.- Te esperaré.
Cerró los ojos y dejó que el viento le revolviera la melena color miel mientras sonaba en su móvil el estribillo de "Yo Te Esperaré" de Cali y El Dandee, y , sin que nadie tocara nada, cambió a "Te Voy a Esperar" de Juan Magan.
#Fin Flashback#